lunes, 26 de octubre de 2009

Decidir críticamente una posición frente a la marihuana




El objetivo de esta entrada radica en el problema ético sobre la libre elección que la persona posee en el tópico de consumo de marihuana.
Dada la relatividad moral en la que vivimos se ha propuesto "el principio de autonomía" que otorga a la persona la posibilidad de elección frente a un sinfín de cosas que le afecten de una u otra manera, éste también determina que al tomar la posibilidad de elección (cualquiera que sea) se está asumiendo las consecuencias que éstas traen consigo (o bien puede que decida no elegirse). Además en este principio entra el respeto hacia las decisiones ajenas y su autonomía.
Por otro lado, la formación de criterios éticos y morales a la hora de tomar alguna decisión son fundamentales. Éstos mismos son creados muchas veces por la sociedad o entorno donde se vive, más que por sí mismo.
Asaí Hachamayor en el artículo "Marihuana, planta maestra" señala que: "Los elementos comunes de la percepción en un grupo de personas forman parte de su cultura. La cultura de un grupo, sector social o comunidad, es el conjunto de creencias, costumbres, prácticas, valores y modos de pensar que se comparten y se dan como supuesto que se acepta y que se manifiesta en un comportamiento ritual: símbolos, mitos, historias, creencias.” Por lo que se logra consumar la idea de que, muchas veces, las personas no son las que deciden, sino que tienen todo un grupo social que ya ha decidido por ellos. Con esto me refiero a que son muchas las instancias en que las personas ya tienen una idea creada ajenamente sobre ciertos temas, y no se toman el tiempo para analizar la situación, sino que optan distintos caminos como lo son: no cuestionar y acatar; o bien, elegir para no hacerse problemas con el entorno. En el caso de la Ilegalización o prohibición, sucede algo similar, pues bien toda la sociedad tiene conocimiento de que "no se debe hacer" ya que se recibirán sanciones legales, por lo que ya hay toda una cultura al respecto. Particularmente sobre el consumo de la marihuana, sucede algo bastante peculiar con la ilegalización: Por un lado hay cierto número de personas que consideran el consumo de la marihuana como algo malo, ya que está penado por la ley y le tienen miedo a las sanciones de ésta. Más aún, en el caso de que las personas que no se encuentren debidamente informadas y educadas sobre el tema (he ahí la importancia del saber) se tiende a atribuirle ciertas características malévolas que muchas veces se alejan de la realidad. De modo contrario, sucede que el hecho de ser algo ilegal le da cierto "plus" para probarla, debido a que causa curiosidad aquello que se prohíbe/está prohibido. Este caso más habitual en los jóvenes llenos de interés por conocer el mundo que los rodea, ya que han dejado de ser niños llenos de inocencia y están conociendo las verdaderas cosas de la vida. Sumado a que es en esta etapa donde no hay una identidad definida y se pretende encontrarla, se llega al contexto perfecto en que el joven va a ser más susceptible a probar esta sustancia. En los estudios realizados por el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE) se concluye que “la edad promedio de inicio en el consumo de marihuana es de 17 años”. Por todo lo antes mencionado es que resulta importante para la toma de una decisión que la persona tome en cuenta su contexto político, social, económico y cultural. Asimismo que, de la mano de un proceso de conocimiento sobre la materia, posea la capacidad de lograr sacar sus propias conclusiones.

1 comentario:

  1. Me parece excelente que hablen de las apreciaciones que tienen las personas respecto a la marihuana según su información o contexto social.
    Claramente está la atracción por lo ilegal, que si nos damos cuenta es la locura de nosotros como adolescentes hacer cuanta "cosa loca" esté cerca.

    Sin embargo, me parece fundamental que se entablezca una relación entre las responsabilidades que tiene cada persona en cuanto a sus actos.
    No quiero que esto se malinterprete pero creo que: el que quiera consumir marihuana;que lo haga. Ya que claramente quien sufrirá las consecuencias vas a esta persona, y es dentro de sus responsabilidades estudiar los efectos que causan sus actos, y porsupuesto una vez realizados, acatar a las consecuencias.

    Las locuras y lo que nos puede hacer mal siempre está presente.
    Es nuestra libertad elegir si lo hacemos o no, y ahí mi tarea principal y el tema de mi blog (que los invito a visitar).

    ¿Hasta dónde llega la autonomía?

    Saludos.

    Gabriela

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